viernes, 29 de octubre de 2010

31 de Octubre - 1 de Noviembre

El día 31 de Octubre y 1 de Noviembre el Ejército insurgente permanece en La Venta de Cuajimalpa saliendo el día 2 de Noviembre con rumbo a Querétaro…

30 de Octubre: Batalla de Las Cruces - Cuajimalpa

Sale de Santiago Tianguistenco hacia la Capital de la Nueva España…
XALATLACO
Denominación: Xalatlaco
Toponimia
Xalatlaco proviene del náhuatl Xalatlauhco: xal, de xalli, "arena"; atlauh, de atlauhtli, "barranca". En este término se encuentra implícita la palabra atl, que significa "agua"; co, "en", sobre, "lugar de". “En la barranca de "agua" y arena”, “Lugar de agua sobre la arena en la barranca”.
En el centro de la población existe una barranca (hoy urbanizada), donde existen varios manantiales donde a simple vista se aprecia la emanación del agua sobre la arena. Este fenómeno maravilloso de la naturaleza la interpreta el Códice Ozuna.
Glifo
Desde el inicio de la Independencia encabezada por el padre de la patria Don Miguel Hidalgo, en el pueblo de Dolores, éste emprende recorridos por el territorio mexicano enarbolando la bandera de la libertad... Del pueblo de Dolores se traslada a San Miguel el Grande, Guanajuato... Ixtlahuaca, Toluca, Tianguistenco, Xalatlaco y de aquí al Monte de las Cruces. Este recorrido de luchas armadas se conoce en la historia, como “La ruta de Hidalgo”.



1810
El 30 de octubre, pasa por Xalatlaco el padre Hidalgo rumbo al Monte de las Cruces.





OCOYOACAC
Denominación: Ocoyoacac
Toponimia
Los otomíes denominaban en su dialecto al sitio de su asentamiento: N’ dotí, “lugar donde hay un pozo”, los náhuas denominaban al sitio Tlalcozpan, “sobre la tierra amarilla”; a la llegada de los españoles la palabra fue modificada por Tlascopa, corrupción de la original.
Durante la conquista del Valle del Matlatzinco por el tlatoani tenochca Axayácatl, denominó al sitio Ocoyacac, de la raíz ocotl, “ocote”; yacatl, “principio, punta o nariz”, y c, corrupción de co, “lugar”.
Ocoyacac, nombre náhuatl que significa “en la nariz del ocoquahuitl u ococuahuitl”, o simplemente “en la nariz del ocotal”; ocotl significa “tea, raja o astilla de pino y ocote para alumbrar la noche”; yácatl, “nariz” y co, “en”. “Donde principian los ocotes o pinos” (Gutiérrez Arzaluz). 
A través del tiempo el nombre correcto Ocoyacac quedó escrito en los primeros documentos novohispanos: Títulos Primordiales de San Martín Ocoyacac (1521), Códice de San Martín Techialoyan (1534), que incluye al Códice de San Martín Ocoyacac, y también en el Libro de Tierras de Seller. Existe una lámina a colores en papel grueso de maguey de 25 x 30 cm, hecho por mexicanos y que está integrado al Códice García Granados; la lámina N°10 del Códice Mendoza (1535-1550), que abarca el período de 1325 a 1521.al Códice Osuna  también se encuentran dos pueblos de Ocoyacac: Atlauhpolco (Atlapulco) y Quauhpanoayan (Cuapanoaya). 
Todos los documentos se refieren al pueblo prehispánico de Ocoyacac, que se localizaba en una saliente del monte boscoso del paraje de Zacaxitlatzco, “donde se acumula el zacate”, o “donde se hacen mogotes de zacate”, en la meseta de Tlaxomulco, “donde la tierra hace un recodo”.
Después de la conquista española del Valle del Matlatzinco, Hernán Cortés nombró a su coligado, el cacique de Ocoyacac, con el nombre de Martín Chimaltécatl, y le dio el título de gobernador y fundador de su pueblo, con la responsabilidad de construir un templo en honor de San Martín Obispo, y nombró al pueblo recién fundado: San Martín Ocoyacac. 
Durante la evangelización, el nombre del pueblo Ocoyacac, por corrupción, se convirtió en San Martín Ocoyoacac. Así Ocoyoacac, es el nombre que ostenta la municipalidad y que se emplea en esta síntesis monográfica.
Glifo
Con base en la toponimia náhuatl, el jeroglífico oficial de Ocoyoacac fue tomado del registrado en la lámina N°10 del Códice Mendoza. Es un glifo en forma de árbol de ocote con una rama en la parte alta y debajo de ella dos frutos; un poco más abajo están dos ramas en forma de cruz o brazos abiertos; detrás del tronco principal y viendo hacia la izquierda asoma parte de un rostro humano del que sólo se percibe la nariz y el labio superior; y en la base del tronco se representa el agua, porque Ocoyoacac estaba cerca de la laguna.
1810.- Octubre 30, en los terrenos de La Marquesa (frente a la fábrica de aguardiente) tuvo efecto de la gloriosa batalla insurgente del monte de Las Cruces entre Miguel Hidalgo y español Torcuato Trujillo.

1810-1830
Hidalgo combate a Trujillo en el Monte de Las Cruces.


“…El día 27 de octubre Trujillo salió de Toluca  con el propósito de hacer un reconocimiento por la anchurosa y árida cañada de Ixtlahuaca; pero á las siete de la noche se encontró con los fugitivos de un fuerte destacamento que situado por su orden en el puente de Don Bernabé, sobre el río de Lerma, y equidistante de Toluca é Ixtlahuaca, había sido dispersado por los independientes. Convencido de la aproximación del numeroso ejército de Hidalgo y no considerándose seguro en Toluca, contramarchó violentamente, evacuó esta ciudad y se retiró á Lerma, tomando posición en la orilla del río que lleva este nombre, disponiendo que se abriese una cortadura en la  calzada que va de Toluca y que se levantase una fuerte trinchera para sostener con escaso número de tropas el puente que colocado á la entrada de la población da paso sobre el río.

En esta actitud permanecieron los realistas durante todo el día 28, esperando ser atacados de un momento á otro por la calzada de Toluca, pero al siguiente, 29, Trujillo, advertido por el cura Viana, de Lerma, de que los insurgentes pudieran dirigirse por el puente de Atengo, situado al sur de esta ciudad, para cortarle la retirada, empezó á concebir serios temores por la seguridad de su nueva posición. Destacó entonces algunas tropas para defender aquel punto, y previno al subdelegado de Santiago Tianguistengo, pueblo cercano al puente, que cortase éste á fin de impedir el paso al enemigo. Pero las órdenes de Trujillo no se ejecutaron con puntualidad: su destacamento fué arrollado, y una fuerte división del ejército independiente se desbordó impetuosa por el fuerte de Atengo con el intento de seguir avanzando por el camino que de Santiago Tianguistengo conduce á Cuajimalpa y de envolver por la espalda á los realistas.

Hidalgo, en efecto, había ocupado con su ejército á Toluca el 28 de octubre y concertado con Allende el plan de ataque que principió á realizarse el 29. En tanto que el segundo ocupaba el puente de Atengo, arrollaba al destacamento de realistas y avanzaba por el camino de Santiago, al sur de Lerma, gruesas bandas del ejército independiente llamaban la atención de Trujillo atacando el puente de aquella ciudad defendido por el mayor Mendívil.

Sabedor el jefe de la división realista del paso de Allende por el puente de Atengo, comprendió inmediatamente el peligro en que se hallaba, y acto continuo dispuso retirarse al Monte de las Cruces, á fin de ocupar antes que los independientes las posiciones que le aseguraban su retirada á la capital. Para sostener su marcha retrógrada dejó en el puente de Lerma á un batallón de Tres-Villas y algunos dragones de España al mando de Mendívil, y él , á la cabeza del grueso de sus tropas, salió violentamente á las cinco de la tarde é hizo alto cuatro horas después en el Monte de las Cruces, tomando posición en una pequeña eminencia de no muy amplia superficie, donde el camino real hace una curva, y á corta distancia de un caserío, cuyas ruinas se conservan aún. Los destacamentos que dejó para que protegiesen su retirada se le reunieron en el curso de la noche, no sin ser perseguidos tenazmente por los independientes.

Las avanzadas del fuerte cuerpo de ejército mandado por Allende llegaban al Monte media hora después que los realistas, y sostuvieron por largo rato un vivo fuego de fusilería.

Los dos ejércitos pasaron el resto de la noche del 29 ocupando el ancho bosque, al lado el uno del otro, y en espera del nuevo día para venir á las manos. A las ocho de la mañana del 30 de octubre avanzó una columna de independientes por el camino real trabando recio combate con la vanguardia de caballería realista, la que logró rechazar á sus contrarios haciéndoles varios "muertos, heridos y prisioneros. En estos momentos Trujillo recibió un oportuno refuerzo enviado por Venegas, consistente en dos cañones de á cuatro dirigidos por el teniente de navio Ustaríz, cincuenta voluntarios mandados por el capitán don Antonio Bringas y trescientos treinta mulatos y criados de las haciendas de don Gabriel de Yermo y de don José María Manzano, armados de lanzas; refuerzo que aprovechó desde luego el jefe realista ordenando la colocación de los dos cañones en un lugar ventajoso, cubriéndolos con ramas á fin de ocultar su vista al enemigo y aumentar su confianza para que avanzara hasta ponerse al alcance de sus tiros. Eran las once de la mañana cuando una fuerte columna de ataque se movió en medio de imponente gritería con dirección al centro del ejército realista. Formábanla cinco compañías del regimiento de Celaya, todo el regimiento provincial de Valladolid y el batallón de Guanajuato, que servía cuatro cañones que iban á la cabeza de la columna; la retaguardia y los flancos iban cubiertos por los regimientos de caballería de Pátzcuaro, Reina y Príncipe y por un gran número de infantes y soldados de caballería, mal armados y en verdadera confusión: todas estas tropas se pusieron á las órdenes inmediatas del intrépido Abasólo , que dio en esta jornada pruebas decisivas del más heroico valor '

La columna acometió con brío la fuerte posición de los realistas y se sostuvo bizarramente ante el continuo fuego de los cañones dirigidos por Ustariz y los nutridos disparos de la disciplinada infantería de Tres-Villas. Las masas de indios mal armados que cubrían los flancos de la columna de ataque fueron blanco de la artillería realista que barría filas enteras, sin que los demás flaquearan ni dieran muestras de retirarse fuera del alcance de las mortíferas descargas; antes bien, enardecidos por aquella matanza se lanzaron varias veces contra las posiciones enemigas resueltos á tomar la artillería, descendiendo otras tantas mermados por el certero fuego de los realistas.

Allende, que dirigía la batalla por parte de los independientes y á quien mataron uno de los caballos que montó durante aquella acción memorable, hubo de comprender que no le era fácil forzar el paso, y comunicando con rapidez sus órdenes dispuso ocupar las alturas cubiertas por el bosque que dominaban la meseta en que se habían hecho firmes los realistas, con el propósito también de cortarles la retirada por el camino de México. En cumplimiento de esta acertada disposición el bravo Jiménez, al frente de tres mil hombres y llevando uno de los cañones, desfiló violentamente por caminos de vereda, y al llegar á una de las alturas rompió vivísimo fuego sobre la izquierda de las posiciones de Trujillo, logrando desmontar á poco una de las piezas de la artillería española y demostrando á aquél de esta manera la torpe elección que había hecho ahi situarse en la dominada meseta.
 

Este ataque inesperado y brusco desconcertó por lo pronto al jefe realista, pero reponiéndose rápidamente cambió el orden de defensa: para hacer frente á la gruesa columna que había dado principio al combate y que luego se desplegó en línea de batalla, situó á la izquierda al capitán Bringas con los voluntarios, los lanceros de Yermo y varias compañías de Tres-Villas; á la derecha al teniente don Agustín Iturbide con otras compañías del mismo cuerpo y una del provincial de México, y en el centro, cubriendo el camino, á varios piquetes con una pieza de artillería al mando del mayor Mendívil, quien, herido desde el principio de la acción, continuaba, sin embargo, sereno y firme en el campo de batalla. Las pocas tropas que le quedaban libres fueron destinadas á hacer frente á la división de Jiménez, que ganaba terreno á cada momento y por entre la espesura del bosque avanzaba sobre la retaguardia de los realistas, sosteniendo un fuego terrible y certero.

No tardaron ambas fuerzas en encontrarse, y entonces se trabó entre los altos pinos una lucha sangrienta y obstinada, peleándose con igual ardor por ambas partes y supliendo la decisión de los independientes su falta de pertrechos y de buen armamento. La acción se había hecho general y el espacio ocupado por los realistas se iba reduciendo sensiblemente al empuje del círculo de fuego que los rodeaba. El capitán Bringas estaba herido mortalmente; Mendívil recibió otras heridas que le obligaron á abandonar su puesto; varios oficiales y centenares de realistas cubrían la meseta revolcándose en su sangre, y los soldados, cuyo desaliento era ya visible, empezaron á desmayar hasta el grado de obligar á Trujillo á que oyese las proposiciones de avenimiento que sin cesar le dirigían los independientes en medio del estruendo del combate. Se prestó al fin á ello, pero para cometer la más torpe de las vilezas, pues fingiendo oir á los que se presentaron como parlamentarios, dejó que se acercasen, y antes de que terminaran de hablar mandó hacer fuego á quema ropa, cayendo muertos muchos de entre ellos. Esta infame felonía, que había de ser condenada á poco en la misma España y de la que hizo mérito el jefe realista en su parte al virey, encendió terrible furor en los independientes que redoblaron sus esfuerzos para dar término al combate.

Caía ya la tarde; los realistas en gran número yacían por tierra muertos ó heridos; el parque se había agotado por los que todavía peleaban; el único cañón que les quedaba y con el que Mendívil defendiera con tanto valor el camino real , acababa de caer en poder de los independientes, que lo disparaban contra ellos: entonces Trujillo, reuniendo los restos de sus tropas, emprendió violenta retirada hacia México abriéndose paso con el arrojo de la desesperación por entre las masas de combatientes que le cercaban. Tenazmente perseguido por la caballería, su retirada se convirtió al llegar á la venta de Cuajimalpa en presurosa fuga; allí le abandonaron casi todos los que sacó del campo de batalla, y cuando pernoctó en Santa Fe llevaba en su seguimiento cincuenta soldados y algunos oficiales, entre los que se hallaba don Agustín de Iturbide. Con este triste séquito, resto único de la brillante división que algunos días antes puso á sus órdenes el virey, llegó el 31 á Chapultepec, desde donde envió el inexacto parte de su derrota Abandonado por Trujillo el campo de batalla y terminada la persecución que con tanto éxito emprendió la caballería, las huestes vencedoras hicieron retemblar el Monte de las Cruces con sus cantos de victoria; numerosas y rojizas luminarias alumbraban el sitio de la lucha, guiando á los que sepultaban los cadáveres y recogían los numerosos despojos de los vencidos realistas.

Calcúlase que éstos perdieron dos mil hombres y los independientes un número algo mayor. Tal fué la batalla del Monte de las Cruces que Venegas fingió estimar como una victoria para prevenir los fatales efectos que pudiera producir la completa derrota de Trujillo en los habitantes de Nueva España. Pero si se considera la indisciplina del ejército independiente; si se tiene en cuenta que entre aquellas numerosas masas apenas habría mil hombres medianamente armados; si se recuerda que la división realista poseía todos los elementos de guerra de que sus contrarios carecían y que fué totalmente destruida, y se tiene presente el valor heroico de los indios , arrojándose á pecho descubierto contra los cañones y las filas de las tropas del rey, este combate será de justa y eterna fama en México, y su nombre timbre de legítima gloria para los descendientes de los que en ese tormentoso día pelearon por la independencia de la patria.

Grande fué la consternación de los partidarios del dominio de los españoles desde que se supo en México que Hidalgo á la cabeza de numeroso ejército había entrado en Toluca; la ansiedad fué en aumento durante dos días, y el pavor que de aquellos se apoderó cuando la noticia de la derrota completa de Trujillo se difundió por la vasta capital fué inmenso y el terror profundo. La ciudad entera se conmovió con la nueva de que el ejército de la independencia, vencedor en las Cruces, acampaba á una jornada de distancia. La gente acomodada ocultaba sus tesoros y alhajas, recordando lo que un mes antes había sucedido en Guanajuato, ó los llevaba á la Inquisición y á los conventos de frailes y de monjas; las familias de los españoles, para quienes era más grave y seguro el peligro , mudaban de habitación con el objeto de escapar á las denuncias del pueblo ó de sus enemigos, en tanto que en iglesias y monasterios se hacían rogativas por el exterminio de los herejes. El virey, por su parte, adoptó rápidamente las medidas militares que exigía la defensa de la capital.

Desde que tuvo noticia de la llegada de Hidalgo á Toluca situó la tropa de que podía disponer en las calzadas de Bucareli y la Piedad y alguna artillería en Chapultepec. Al saber el desastre de Trujillo reforzó la línea militar establecida en las calzadas del Poniente, conñó el interior de Ja ciudad al regimiento del comercio, escuadrón urbano, cuerpos de fairiolas distinguidos
de Fernando VII, y á una fuerza formada de quinientos sirvientes armados de don Gabriel Yermo y del hermano de éste, puesta por ambos á disposición de la autoridad superior, y no seguro Venegas con los tres mil hombres á que ascendían todas estas tropas, envió orden á Calleja para que apresurase su marcha de Querétaro á la capital; dispuso que inmediatamente se trasladara á ésta el regimiento de Toluca, que se hallaba en Puebla, é hizo salir violentamente para Veracruz al capitán de navio Porlier con la misión de reunir las tripulaciones de los buques que allí estuviesen y de conducirlas á México.

Empero, el camino de la capital estaba abierto á los independientes, y el terror y el desasosiego eran intensos en los habitantes de México á pesar de la serenidad y presencia de ánimo de Venegas: cualquiera polvareda que se percibía por el rumbo del poniente causaba inmensa alarma; corrían los soldados á sus puestos, cerrábanse con estrépito las puertas y todos creían que era llegada la hora del asalto. En la tarde del 31 de octubre un coche seguido de una pequeña escolta que traía bandera de parlamento bajó por el camino de Cuajimalpa conduciendo al teniente general don José Mariano Jiménez y al mariscal Abasólo, portadores de un pliego cuyo contenido no se dio á conocer al público, pero que debió de ser sin duda una intimación hecha á Venegas por el generalísimo Hidalgo. Los parlamentarios fueron detenidos por el oficial que mandaba la guardia de Chapultepec , y el pliego que traían se envió al virey, quien nada contestó, ordenando tan sólo que se hiciese volver á Jiménez y Abasólo, y aun se dijo entonces que previno hacer fuego sobre ellos si no se marchaban inmediatamente.

En aquellas críticas circunstancias acudió Venegas á exaltar el fanatismo religioso del pueblo bajo y de las otras clases sociales. Era vieja costumbre en las grandes calamidades públicas trasladar con gran pompa á la Virgen de los Remedios desde su santuario á la capital. En cumplimiento de lo dispuesto por el virey la imagen ya dicha fué llevada procesionalmente la misma tarde del día 31 á la catedral metropolitana, y aquel alto funcionario, poniendo á sus pies el bastón de mando y ciñéndole una banda, la declaró generala de las tropas realistas. «La devoción á la Virgen de los Eemedios, dice Alamán, creció entre los realistas, y asi como se habían levantado batallones de Fernando VII, se alistaron las señoras de aquel partido á invitación de doña Ana Iraeta, viuda del oidor Mier, con el nombre de patriotas marianas para velar por sus turnos á la santa imagen , y , como en los patriotas, entibiado después el entusiasmo, ya no se hacía el servicio personal, sino que se pagaban las guardias, sucedió lo mismo entre estas señoras, proporcionando así un modo honesto de vivir á varias mujeres piadosas que por una limosna reemplazalan en las guardias á las señoras á quienes el turno tócala.

El ejemplo de la capital fue seguido por las ciudades y pueblos de las provincias, y bien presto fueron proclamadas generalas y ataviadas con la banda y bastón de este empleo, las imágenes de más especial culto en cada una de ellas. El virey quiso también trasladar á México la imagen de Guadalupe, pero no se verificó por la resistencia del cabildo de la Colegiata, habiendo cesado después el motivo que había hecho pensar en esta medida.» La invención de Venegas no produjo efectivamente más resultado que inculcar estrafalarias ideas religiosas en la multitud, pues la Madre del Dios de los cristianos, como atinadamente lo hace observar un distinguido escritor 2, invocada por los independientes como protectora de su causa con el nombre de Virgen de Guadalupe, y escogida por los realistas como patrona con el de Virgen de los Remedios, llegó á ser considerada como una de las diosas que en la lUada ayudan alternativamente á griegos y troyanos. Sin embargo, la invocación de Hidalgo fué el objeto de un gran pensamiento político : el Padre de la independencia, que debía apoyarse en la masa de la población indígena, comprendió que la sola idea de libertad era demasiado abstracta para arrastrar tras sí las muchedumbres; preciso era unirla con la idea religiosa y adoptar un símbolo que representase á la vez las creencias de la multitud y el sentimiento de nacionalidad: la Virgen de Guadalupe había sido dada á los mexicanos por sus dominadores del siglo xvi como una compensación de su libertad perdida; el audaz reformador del siglo xix la entregaba á sus compatriotas como un signo de patria , de victoria y de protección omnipotente. La invención de Venegas, por el contrario, nada representaba; era una imitación desgraciada de lo que acababan de hacer los independientes; para las clases elevadas fué un pretexto más de gazmoñería y para el pueblo un altar contra otro altar.

Más desacertado fué el proceder de Venegas al premiar, algunos días después, á los realistas que ombatieron en la célebre jornada de las Cruces. Firme en su propósito de rebajar la importancia de la completa derrota sufrida en ese punto por el torpe é indigno  Trujillo, concedió al regimiento de Tres Villas, que ya no existía, un distintivo consistente en un escudo que debían usar los miembros del mismo, y con tal motivo decía en una proclama á esos imaginarios soldados, pues todos ellos dormían ya en paz bajo los pinos del siniestro bosque: «En ese distintivo tenéis grabados los blasones de vuestra felicidad, de vuestro valor y de vuestra gloria. Tened siempre presente el gran precio de esta adquisición : que el Monte de las Cruces sea vuestro grito guerrero en el momento de vuestros futuros combates y la voz que os conduzca á la victoria: temed oscurecer por un porte menos digno la fama que conquistáis á tanta costa.

El énfasis de esta proclama y la ausencia del regimiento premiado, cuyo exterminio era sabido por toda la ciudad, proclamaban mejor y más alto el desastre de los realistas que el parte más exacto ó las francas declaraciones que pudiera hacer la Gaceta de México.

El mayor Mendívil fué premiado con el empleo de teniente coronel, el teniente don Agustín de Iturbide con el ascenso á capitán y la compañía de Huichapam del batallón de Toluca, y al capitán Bringas, muerto el 3 de noviembre de resultas de la herida que recibió durante la acción, se le hicieron solemnísimas exequias. Hidalgo, con la vanguardia en Cuajimalpa y el grueso de su ejército acampado sobre el campo de batalla, permanecieron inactivos el 31 de octubre y el 1." de noviembre de 1810. Fueron estos dos días de grande angustia y extremo sobresalto para los moradores de la capital, y especialmente para los españoles en ella avecindados. Hemos visto que los parlamentarios enviados por el jefe de la revolución no fueron admitidos por Calleja, y creyóse en México que su regreso al campamento sería precursor inmediato del avance de las huestes independientes. Redoblóse, pues, la vigilancia; reforzáronse los puestos militares; durmieron los soldados con el fusil al brazo, y más de una vez falsas alarmas hicieron creer á los defensores armados y á los habitantes pacíficos que el enemigo estaba á la vista, pronto á embestir la ciudad. Pequeñas partidas de éste, bajando la ladera que muere en el valle por el rumbo del poniente, se habían diseminado por  los risueños pueblos de Tlalpan, Coyoacán y San Ángel, siendo aprehendido por el alcalde indígena de la segunda de estas poblaciones el jefe independiente Centeno, quien llevado á la cárcel de corte y sometido á juicio fué ahorcado tres meses después, lo mismo que el mariscal de campo don José Antonio Martínez, antiguo sargento del regimiento de la Reina, que cayó prisionero de los realistas en el combate de Acúleo.

El 2 de noviembre súpose en México que Calleja y Flon reunidos avanzaban á marchas forzadas al socorro de la capital, y poco después llegó la noticia de que el
numeroso ejército independiente, levantado su campo, retrocedía lentamente hacia Toluca. Se alejaba el peligro; los ánimos espantados y presa del terror más profundo durante varios días comenzaron á serenarse, y la ciudad, capital del vireinato, como si despertara de opresora pesadilla, respiró más libremente y pronto recobró su aspecto normal y su animado y bullicioso movimiento.

Así era en efecto: los vencedores en el Monte dé las Cruces, después de contemplar el esplendoroso valle desde las cimas del sudoeste y de vislumbrar en lontananza el dilatado caserío y las enhiestas torres de la capital, emprendían su retirada por el mismo camino que habían seguido en su movimiento de avance…”México a través de los siglos, Tomo III “Guerra de Independencia” pp140-145

29 de Octubre: Toluca - Santiago Tianguistenco

A partir de esta Ciudad (Toluca), no hay confusiones sobre el camino que tomó el Ejército Insurgente por lo cual nos apegamos a lo contemplado en la historia.

Sale de Toluca el día 29 de Octubre hacia Metepec…
“…A la salida de esta ciudad, donde nos quedamos con el padre Balleza, después de haber marchado el ejército empezó la plebe a saquear la casa de un europeo, la que atacada por su
guardia, fue acosada y encerrada en el cementerio de la parroquia, desde donde el citado Balleza empezó a predicar contra los gachupines, diciéndoles que no habían hecho más que quitarles el pan de las manos; pero que pronto serían los indios dueños de todo; que ellos no trabajaban ni se exponían con otras ideas; pero que no por eso debían saquear las fincas ni las casas, cuyos productos se repartirían después con igualdad; que Nuestra Señora de Guadalupe era la protectora de su causa, y que ya que la había comenzado felizmente, con la misma felicidad la concluiría; les tiraba puñados de medios de cuando en cuando, alternándolos con las voces de mueran los gachupines, de suerte que juntó multitud de plebe, y se marchó con su guardia dejándonos a su discreción, pues sólo teníamos una corta compañía de escolta repartida en dos coches, muy distantes uno de otro, y amenazados por los insultos y gritería de ser despedazados.
Allí me tomaron los indios de su cuenta, empeñados en que yo era el general Calleja, y así se me amontonaban, diciéndose unos a otros: mira al descolorido y descalabrado, es el bribón de Calleja; ¡ah, perro! Ahora no te has de escapar, y otras insolencias mucho mayores, que obligaron a la guardia a desengañarlos de que yo no era el que pensaban.
Aquel día nos dirigimos con el ejército, no a Lerma como era regular dirigiéndose a México,
porque decían ellos que el general Trujillo estaba en aquella ciudad, y que había interrumpido el paso rompiendo un puente, y así se dirigieron a Santiago Tianguistengo, saliendo el día inmediato para el Monte de las Cruces, sitio y acción memorable para nuestras tropas y armas, que con otras dos piezas de artillería que hubiesen tenido de su parte, hubieran conseguido la más completa victoria solos 800 hombres contra más de 80.000; es verdad que nos hubiera costado las vidas a los pobres europeos prisioneros; pero nada importaba esto en comparación de la gloria y utilidad que resultaba, en honor de una corta división de soldados valientes, acreedores a los más altos elogios por su valor.

Sí, Señor Excelentísimo: aunque yo no estaba asegurado de la exacta fuerza que tenían
los nuestros, me presumí desde luego, por el conocimiento que tenía de los terrenos, a causa de haber sido el director de aquel camino, que el corto espacio que se defendía no era capaz de mucha guarnición, y aunque la situación local era muy ventajosa, sabiendo a punto fijo que el ejército insurgente pasaba de 80.000 hombres, por más desordenados e indisciplinados que estuviesen, debía tardar poco en decidirse la acción; pero no fue así, porque duró más de seis horas y media, y les costó mucha sangre, confesando ellos mismos que hubieran sido del todo derrotados y rechazados, si hubiesen tenido los nuestros otros dos cañones.
Durante la acción, nos tuvieron a los prisioneros en medio de los cajones de pólvora, para
volarnos en caso necesario, adonde venía con frecuencia el general Balleza a darnos las noticias según las deseaba, anticipando para ello las voces de viva María Santísima de Guadalupe, las cuales repetía yo quitándome el sombrero, y él añadía que mueran los gachupines, y yo le respondía, eso sí no digo yo. En la primera embajada nos dijo, ya murió el virrey; yo no le creí, pero me horrorizaba la expresión; en fin, ya oscurecido, nos pusieron en marcha llevándonos a caballo, y encumbramos el cerro de las Cruces, acompañados de aquella multitud desenfrenada que no cesaba de repetir infamias contra todos nosotros por el destrozo y mortandad que habían sufrido, gloriándose al mismo tiempo de haber muerto a Trujillo, a Mendívil, Rodríguez, Bringas y a otros muchos; dudas que yo no podía desatar y que me llegaban al alma. Íbamos pisando cadáveres, y con la oscuridad se me representaba en cada uno, alguno de mis tiernos amigos, dignos de mejor suerte.
Llegamos a la una de la noche a Cuajimalpa, sin otro alimento que el de un pocillo de chocolate que habíamos tomado al amanecer, habiendo pasado el día más cruel, muertos de necesidad y sin tener la menor cosa con que alimentarnos, ni otro lecho ni abrigo que un mal capote.
Por fortuna, nuestras heridas estaban casi buenas, y pudimos emplear el repuesto de hilas y
vendajes que traíamos, para las curaciones de Medina, Cosío y otros varios soldados nuestros, que supimos estaban heridos.
La mañana siguiente, día de todos Santos, se nos aseguró que el inmediato entraríamos en esa capital, y que para hacerlo de paz iban a enviar de embajador al general Jiménez; yo que conocía al sujeto y sus fanfarronadas insultantes, me reía de la propuesta y más de la elección. A éste le oí decir en Acámbaro con mucha desvergüenza que era menester quitarse ya el rebozo; que ya había llegado el tiempo de la felicidad e independencia, y que ya era menester verificarlo a lo Napoleón,  a la capital, a la capital: por estas expresiones vendrá Vuestra Excelencia en conocimiento del carácter del sujeto elegido para embajador, como ellos le llamaban. Llegó el día inmediato, pero no para verificar sus diabólicos proyectos, sino al contrario.
Cuando siempre nos llevaban a la retaguardia del ejército, nos metieron a toda prisa en el
coche, marchando a la vanguardia en retirada, para volver a encumbrar el cerro de las Cruces, y dejando a la retaguardia del ejército todos sus generales y artillería, lo que me hizo creer que temían alguna salida de esa ciudad.
Después nos dijeron que la respuesta de Vuestra Excelencia a Jiménez había sido de
palabra, diciendo que no admitía a nadie Vuestra Excelencia sino de guerra y con las armas; pero según se me explicaron otros más reservadamente, lo que les obligó a la retirada fue la contestación que recibieron de algunos de sus emisarios: lo cierto es que la acción de las Cruces a más de amedrentarlos, les dio de pérdida entre muertos, heridos y desertores más de 20.000 hombres, y que con la retirada que hicieron de Cuajimalpa, se le desertaron otros 20.000 hombres, de suerte que quedó reducido su ejército a 40.000 hombres, y de ellos 15.000 de a caballo, que era la fuerza que tenía cuando la acción de Aculco...” Testimonio del Coronel Diego García Conde (Prisionero del Ejército Insurgente)

METEPEC
Denominación: Metepec
Toponimia
En matlatzinca su nombre es "Nepinta-Tuhi" o "habitantes de la tierra del maíz" y hace alusión a lo que fuera una región de lagos y bosques. En otomí, a Metepec, se le da el nombre de "Ntaguada". Metepec, del náhuatl, significa “en el cerro de los magueyes”.
Glifo
Se compone del dibujo de un cerro y arriba de éste un maguey. La representación gráfica de Metepec fue tomada del Códice de Mendoza, y representa un cerro tepetl, en cuya parte superior se ubica un maguey metl; lo que corresponde a la etimología del nombre. El gentilicio de los habitantes del municipio es el de Metepequenses.
Escudo
El escudo del municipio se forma por un contorno heráldico igual al escudo del Estado de México; en la parte superior y al centro se encuentra un círculo dentro del cual está el escudo nacional que representa a la Patria.
En el lado izquierdo las palabras "Un camino" de abajo hacia arriba. En el lado superior, ángulo izquierdo, "1985". La palabra "Con” en la parte central, y "1987" en el  ángulo derecho. En el lado derecho la palabra "Destino" de arriba hacia abajo. En el lado inferior, las palabras "Metepec, Mex.". Se forma así el lema del actual Ayuntamiento "Un camino con destino”. En el centro del campo aparece la figura compuesta y representativa de un sol al estilo de artesanía metepequense.
El arribo de Miguel Hidalgo y Costilla y su ejército causó gran inquietud entre los pueblos del Valle de Toluca, en Metepec, surgieron simpatizantes con el movimiento independentista, que se unieron a dicho ejército. El 28 de octubre de 1810, el cura Miguel Hidalgo, pasó por el pueblo de Metepec, en su ruta hacia Tianguistenco, lugar en el que pernoctó antes de dirigirse al Monte de la Cruces.

MEXICALTZILGO
Denominación: Mexicaltzingo
Toponimia
La palabra Mexicaltzingo es de origen náhuatl cuyas raíces etimológicas son las siguientes: co, lugar; tzin o tzintli, reverencia o diminutivo; cal o calli, casa; mexi, contracción de mexica, del dios Metztli o Mexitli (advocación de Huitzilopochtli), también mexicatl, los mexicanos.
De acuerdo a lo anterior, Mexicaltzingo significa: “el lugar donde habitan los mexicanos distinguidos”,  “lugar donde están las casas de los mexicanos”, “la casa pequeña del dios Metztli”. Otras interpretaciones son: “la casa pequeña de los mexicanos” o “México chiquito”.
La primera interpretación de la palabra Mexicaltzingo es la oficialmente aceptada y reconocida por las autoridades estatales y municipales, así como por la población en general del municipio.
Glifo
La representación gráfica de Mexicaltzingo fue tomada del Códice Aubin, el cual representa a un mexica con  pelo dibujado con líneas verticales de color café oscuro, al frente lleva un caracol dorado, al perfil se ve un arete circular dorado con dos lí-neas verticales y un tatuaje blanco alrededor del ojo. Este distinguido mexica, o la representación del dios Metztli o Mexitli, va sentado sobre un maguey invertido, también puede ser un topomochtle o totopochtle, hojas de la mazorca del maíz, de color verde amarillento, abiertas hacia abajo o un maguey invertido para corresponder a la etimología del nombre.
El 29 de octubre de 1810, el ejército insurgente, al frente de Hidalgo y Allende, llega a Mexicaltzingo y a Chapultepec.

Llega a Santiago Tianguistenco el día 29 de Octubre, pernoctando en este lugar
SANTIAGO TIANGUISTENCO
Denominación: Tianguistenco
Toponimia
Significa “En la orilla del mercado”. Sus raíces son: Tianquistli “mercado”. Tentli, ten: “labio”; en sentido figurado, “borde”, “orilla de alguna cosa”; y co: sufijo de lugar: “en”, “dentro”.
Glifo
El Bando municipal de Policía y Buen Gobierno de 1998, en su artículo 10, describe al escudo municipal como a continuación se detalla:
Una piedra de forma irregular mostrando una cara más o menos plana en la que, sobre un círculo de fondo amarillo, aparecen nueve huellas de pies de personas diseminadas sin una colocación especial; limita al círculo una franja roja y concéntrica a éste, sigue otra y entre ambas divisiones, dan lugar a siete secciones de color azul observándose en cada una un óvalo de doble línea, rodeado de nueve óvalos menores. En el borde derecho de la piedra, en una saliente a media altura, se advierten los labios humanos color rojo. La piedra presenta tres cuarteaduras, la menor a partir de la parte alta del círculo amarillo y las otras dos en la parte baja del mismo círculo hasta la base y pasando respectivamente en las dos secciones contiguas de la parte baja.
La madrugada del domingo 16 de septiembre de 1810 descubierta la conspiración de Querétaro, el párroco de la congregación de Dolores, de la Intendencia de Guanajuato, Miguel Hidalgo y Costilla con los capitanes Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo y otros seguidores decidieron lanzarse a la lucha armada para buscar la Independencia de la América Septentrional del dominio español.
En Santiago pernoctaron los jefes y las tropas insurgentes. A las primeras horas del día 30, Miguel Hidalgo pasó revista a su ejército y le arengó a continuar la jornada por la patria.
1810 - Pasa y pernocta en el entonces pueblo de Santiago Tianguistenco el Ejército Insurgente Comandado por Miguel Hidalgo, saliendo de Tianguistenco, con rumbo al cerro de las cruces donde combatirían con valor saliendo triunfantes.



XALATLACO
Denominación: Xalatlaco
Toponimia
Xalatlaco proviene del náhuatl Xalatlauhco: xal, de xalli, "arena"; atlauh, de atlauhtli, "barranca". En este término se encuentra implícita la palabra atl, que significa "agua"; co, "en", sobre, "lugar de". “En la barranca de "agua" y arena”, “Lugar de agua sobre la arena en la barranca”.
En el centro de la población existe una barranca (hoy urbanizada), donde existen varios manantiales donde a simple vista se aprecia la emanación del agua sobre la arena. Este fenómeno maravilloso de la naturaleza la interpreta el Códice Ozuna.
Glifo
Desde el inicio de la Independencia encabezada por el padre de la patria Don Miguel Hidalgo, en el pueblo de Dolores, éste emprende recorridos por el territorio mexicano enarbolando la bandera de la libertad... Del pueblo de Dolores se traslada a San Miguel el Grande, Guanajuato... Ixtlahuaca, Toluca, Tianguistenco, Xalatlaco y de aquí al Monte de las Cruces. Este recorrido de luchas armadas se conoce en la historia, como “La ruta de Hidalgo”.



1810
El 30 de octubre, pasa por Xalatlaco el padre Hidalgo rumbo al Monte de las Cruces.

jueves, 28 de octubre de 2010

28 de Octubre: Ixtlahuaca - Toluca

Sale de Ixtlahuaca el día 28 de Octubre, pasando por el puente de San Bernabé a la margen izquierda del Río Lerma, llegando a la Ciudad de Toluca sin ningún contratiempo.

TOLUCA
Denominación: Toluca de Lerdo
Toponimia
De acuerdo a los estudios de Robelo, Toluca significa “en donde está el dios Tolo” o “cerro del dios Tolo” o “lugar del dios Tolo”. Sus raíces gramaticales son “toloqui, de toloa, inclinar o bajar la cabeza, cuyo participio tolo terminado en “o”, por tener función de adjetivo y referirse a una persona, puede finalizar con la sílaba qui, y en ca, lugar”. Para Romero Quiroz, Toluca significa “lugar donde está el dios Tolotzin”. 
Glifo

 
El glifo lo integran dos ideogramas: Tepetl, cerro, y sobre él la figura del dios Tolo
Durante el periodo de Independencia, Hidalgo pudo reclutar sólo grupos indígenas en Toluca. Toma a la ciudad como lugar de paso en su camino a la ciudad de México.
En 1811, se da uno de los episodios más trágicos, después del único hecho de armas que sufrió la ciudad de Toluca. El ejército insurgente comandado por José María Oviedo y Cristóbal Cruz, Juan Canseco y el padre Orcillés, asedió Toluca amenazándola seriamente y poniendo en aprietos a Rosendo Porlier, quien al verse humillado por el asedio y al tener que recurrir en su auxilio el capitán De la Cueva, decide fusilar sin formación de causa a un centenar de indígenas, en el lugar que hoy se conoce como “Plaza de los Mártires”, aunque de esto no exista legalmente el cambio de nombre del lugar.

miércoles, 27 de octubre de 2010

27 de Octubre: La Jordana - Ixtlahuaca

         
Salen de La Jordana el día 27 de Octubre hacen un recorrido mayor (42 kilómetros aproximadamente) y pasan del Municipio de El Oro al Municipio  de Jocotitlán, donde existen unos lomeríos y barrancas en las que se encuentran unos vestigios de puentes construidos con mampostería en la Época Colonial muy cerca de la Jordana, el llamado “Puente quebrado”.
Fig. Ruinas del "Puente quebrado" localizado en la Colonia López
Mateos, Ejido de Tapaxco, Municipio de El Oro, Méx.

Fig. Puente quebrado en el Camino Real de la Capital de la Nueva
España hacia Valladolid.


         

JOCOTITLAN (Monografía: Toponimia, Glifo, Hechos históricos en relación a la Independencia, Personajes ilustres)
Denominación: Jocotitlán
Toponimia
En cuanto al significado de la palabra náhuatl Xocotitlán, se deriva de xocotl, “fruta agridulce”; y de titlan, “entre” que significa: "entre árboles de fruta ácida", como tejocote, o bien entre árboles de tejocote.
Glifo
La figura que representa la identidad del territorio y población de Xocotitlán a través del tiempo ha sido la del dios Otonteuctli. No se tiene noticias acerca de deidades propias de la cultura mazahua asentada en Xocotitlán antes del dominio náhuatl, lo que si esta claro es que la principal deidad fue Otonteuctli, el cual fue reconocido por los tepanecas y otomíes.
Escudo
En la parte superior lleva un círculo en color café tenue, en su interior la silueta del jeroglífico de Jocotitlán compuesto de un "tepetl" y la cara del dios "Otontecutli".
Está circundado por una franja con el lema: “Cultura, Progreso, Trabajo, y Justicia”, las letras en negro y fondo amarillo tenue. 
El escudo está dividido en tres cuarteles, que simbolizan la evolución histórica, pasado, presente y futuro del municipio: 
El primero representa el pasado y esta compuesto de tres elementos: con el fondo azul una silueta de dos frutos de tejocote que significan el nombre del municipio, la silueta de un maguey como planta tradicional, y el cerro Xocotépetl en color verde; en el segundo cuartel el presente, con fondo verde se representan una fábrica en color anaranjado, motivo de la industrialización del municipio y una mazorca de maíz como principal cultivo, ambos representan el progreso; en el tercer cuartel el futuro, con fondo amarillo se representan tres elementos: un libro abierto en blanco que simboliza la cultura, la silueta de un yunque, un martillo y un zapapico símbolos del trabajo, y el mapa del municipio de Jocotitlán en color ocre que simboliza la tierra.
Uno de los sucesos principales que vivió la población de Xocotitlán, durante la guerra de Independencia fue el paso por su jurisdicción de Miguel Hidalgo quién se dirigía a la ciudad de México.
La presencia de éste motivó a varios individuos de la población que se sumaron al movimiento entre ellos destacaron: José Valentín Dávila, Isidoro Dávila, José Bernal, Manuel Alcántara, Isaías Marmolejo y José Mauricio García. 
Las semillas que dejó la insurgencia en el territorio del actual Estado de México rendían frutos, toda vez que se mantenía vivo el espíritu emancipador.
La represión de las fuerzas realistas hacía los pueblos simpatizantes de la insurgencia no se hizo esperar, y Juan Bautista Torre después de destruir Cacalomacán se dirigió a Xocotitlán. "Torre había regresado a Toluca después de dar concluida la Revolución del valle de Temascaltepec, cuando a principios del mes de abril de 1811 sucedió un levantamiento en Xocotitlán  que a los primeros síntomas del movimiento, acudió a sosegarlo el subdelegado de Ixtlahuaca Francisco Gómez Fraile con los patriotas que lo originaron en la cabecera". 
Al llegar Gómez Fraile fue recibido por los habitantes al parecer sumisos, luego que hubo entrado, aparecieron nativos que se habían ocultado en las magueyeras y apedrearon al subdelegado y a su comitiva; algunos fueron muertos, quienes escaparon junto con Gómez Fraile se refugiaron ocultándose tras los sepulcros que se encontraban en el atrio de la iglesia.
Con la intención de sosegar a los alborotados, el cura del lugar sacó en procesión por las calles al Santísimo Sacramento, pero en vez de apaciguarlos, regresó a la iglesia no sin antes recibir varias pedradas para posteriormente, ser llevado preso a casa de uno de los jefes revolucionarios.
El subdelegado se había ocultado dentro de la iglesia; al ser descubierto fue muerto a lanzadas en la plaza, corriendo la misma suerte quienes lo acompañaban. El virrey ordenó a Juan Bautista Torre que fuera a castigar a aquel pueblo; inmediatamente se puso en marcha, y ese día, el 15 de abril, después de dos horas y media de fuego, entró con lujo de fuerza a la población que heróicamente había sido defendida por los habitantes. 
Fue una masacre que dejó en el campo de batalla más de cuatrocientos cadáveres. Un capitán de apellido Marmolejo fue hecho prisionero y fusilado. 
Torre informó al virrey los hechos indicándole que los insurgentes de Xocotitlán habían quedado "bien castigados". 
Sin embargo, las cosas no quedarían allí, pues varios vecinos del pueblo de Xocotitlán seguirían participando por la causa de la Independencia, bajo las órdenes de Francisco López Rayón; los más destacados fueron José Mauricio García, Isidoro Dávila, José Bernal, José Valentín Dávila y Manuel Alcántara.
1810
Pasa por Jocotitlán el cura Miguel Hidalgo
PERSONAJE ILUSTRE
José Manuel Alcántara.
Jefe insurgente de la Independencia.

Fig. Muro de retención en el Camino Real antes de llegar a
Santiago Casandeje, Municipio de Jocotitlán, Méx.

Otro más pequeño y al llegar al caserío de Santiago Casandeje, uno está en una barranca muy profunda, que es aprovechado actualmente por la carretera pavimentada. Pasa por los pueblos Santiago Casandejé y San Juan Coajomulco, teniendo dificultades  en el recorrido porque encuentran ciertas pendientes fuertes y pedregosidad que dificultan el paso de los carruajes y caballos.
Fig. Puente llegando al caserio de Santiago Casandeje.

Fig. Puente aprovechado por la carretera pavimentada actualmente.
         

Bajan y pasan por un puente antes de llegar al Obraje, siguen hacia San Felipe del Progreso y ahí nos señala la monografía unos hechos que son relevantes.
Fig. Puente localizado sobre un arroyo antes de llegar a la
Ex-Hacienda "El Obraje" municipio de San Felipe del Progreso, Méx.
 (Camino Real)

Fig. El puente ha sido reconstruido por haber sido destruido con la
crecida del arroyo.


Fig. Estela localizada en la Ex-Hacienda del "Obraje", Municipio
de San Felipe del Progreso, Méx.

Fig. Templo de la Ex-Hacienda del Obraje a la vera del camino.
         

       

SAN FELIPE DEL PROGRESO (Monografía: Toponimia, Glifo, Hechos históricos en relación a la Independencia, Personajes ilustres)
Denominación: San Felipe del Progreso

Toponimia
Durante la colonia se fundó el pueblo San Felipe, el cual fue conocido en esta época como San Felipe Ixtlahuaca, San Felipe el Grande y San Felipe del Obraje. Posteriormente en la segunda mitad del siglo XIX, al cambiar la categoría de pueblo a villa también se modifica su nombre y desde entonces es conocido como San Felipe del Progreso.

Glifo
La figura de Miguel Hidalgo y Costilla bajo una bandera de tres franjas horizontales con ello se presenta el paso del Héroe por este municipio proclamando la Independencia nacional.
La figura de una mano estrechando un huso del que se desprende un pedazo de tela adornada con ello.
Se alude al apelativo de El Obraje, fábricas de telas de lana que tenía San Felipe ya la actividad de hilar y tejer, practicando por la población Mazahua San Felipense.
La figura de un Tepetl que encierra a los elementos anteriores es un glifo Nahuatl que significa lugar o montaña.

El padre de la patria, Miguel Hidalgo y Costilla, llegó al Estado de México, por San Felipe del Obraje.
Este pueblo lo recibió cálidamente en la mañana de 27 de octubre de 1810 con repique de campanas, tedeum y la entrega de dos cañones que el libertador había mandado fundir en Guanajuato y que le servirían para la batalla del Monte de las Cruces.
Indudablemente que los Criollos radicados en San Felipe, engrosaron las filas insurgentes; la tradición oral y novelesca, nos hablan de Alberto Garduño. El Hércules Insurgente, que pelearía por la causa al mando de los Hermanos Rayón. A pesar de esto, San Felipe fue centro de acontecimiento de fuerzas realistas, Iturbide en octubre de 1810 Trujillo en diciembre de 1811, Calleja, que el 25 de diciembre de 1811 salió hacia Zitácuaro con 3,800 infantes e indios.

PERSONAJE ILUSTRE
Fernando Orozco y Berra.
Nació el 3 de junio de 1822, estudió latín y filosofía y terminó sus estudios de medicina en Puebla.
Poeta y literato, primer romántico de México, meteoro fugaz, pues a la edad de 29 años cuando más prometía, falleció en la Cd. de México en 1851. Escribió en varios periódicos: El Monitor Republicano, el Siglo XIX, El Liceo Mexicano, muchas obras de teatro y la novela “La Guerra de 30 Años”.







Fig. Parroquía de San Felipe del Progreso, Méx.

Fig. Calle Nicolás Bravo por la que se encamina el Ejército Insurgente
desde San Felipe hacia San Juan Jalpa.


     De San Felipe del Progreso continúan el camino hacia San Juan Xalpa, siguiendo el mismo llega a Palmillas el cual esta a una mayor altitud, teniendo una fuerte pendiente para llegar a ese lugar. Bajando con rumbo a lo que eran terrenos de la Hacienda de Tepetitlán y actualmente el camino queda localizado en la parte Este de las comunidades Dolores Hidalgo y  Emilio Portes Gil.
           
Fig. Panorámica para subir a la Colonia Plateros por donde pasó el
Ejército Insurgente hacia Ixtlahuaca, Méx. (Camino Real)

Fig. Otra vista señalando la pendiente fuerte  que existe en dicho
lugar.


Finalmente de San Felipe del progreso pasan al municipio de Ixtlahuaca que son grandes llanuras, el camino es casi recto y en la actualidad todavía se siguen utilizando tramos considerables, finalmente llegan a Guadalupe Cachi y se encaminan hacia el puente del Rio Lerma que se encuentra localizado sobre el camino que llega a la estación del ferrocarril de Ixtlahuaca, y que actualmente pasa por ahí el que va de Ixtlahuaca a San Felipe del Progreso llegando finalmente a la cabecera municipal de dicho municipio, donde la monografía señala como hecho histórico importante la excomunión.
Fig. Imagen satelital donde el camino es casi recto de la llanura comprendido entre San Felipe e Ixtlahuaca.


IXTLAHUACA (Monografía: Toponimia, Glifo, Hechos históricos en relación a la Independencia, Personaje ilustre)
Denominación: Ixtlahuaca
El municipio lleva el nombre de Ixtlahuaca y su cabecera el de Ixtlahuaca de Rayón, por decreto número 45 de 14 de noviembre de 1816 del Congreso del Estado de México, por el cual se le dio el título de Villa de Ixtlahuaca de Rayón, en homenaje al héroe insurgente Francisco López Rayón que fue pasado por las armas en el costado sur del palacio municipal por las fuerzas realistas.
Toponimia
Ixtlahuaca, voz náhuatl que significa “Llanura, tierra llana despoblada de árboles”.
Se encuentra escrita en diversas formas: Ixtlahuaca, Ixtlahuatl, Ixtlahuacan, Yslaguaca, Ystlaguaca, Yslavaca, etc.
Glifo
En los códices y relaciones antiguos, no se encuentra el jeroglífico propio de Ixtlahuaca, ni del original mazahua: J’apui.
Los conquistadores nahuatls en sus relaciones asentaban lo que veían o como lo veían, aquí encontraron una extensa llanura y le aplicaron el nombre de Ixtlahuaca, que en escritura jeroglífica, por su orografía, se representa con el tlalli, un rectángulo con dibujos que semejan pequeñas herraduras o C. en el centro, con colores café ocre, rojizo, amarillo y azul muy leve, sin ningún otro elemento gráfico, sólo unas pequeñas rayitas en la parte superior e inferior y significa: “llanura o tierra despoblada sin árboles”.
Mario Colín Sánchez, tal vez influenciado por la etimología de Olaguíbel o por los datos de Lázaro Manuel Muñoz, ideó como proyecto de interpretación el tlalli con ojos solares y sobre él una pequeña base.
Lázaro Manuel Muñoz presenta en su obra “Jeroglíficos y Etimologías de Nombres Aztecas, principalmente de las cabeceras municipales por orden de Distritos”, el rectángulo tlalli, con ojos, sobre él una pequeña base, sin dar ninguna fuente de investigación, con toda seguridad lo que hizo fue utilizar el glifo de Calixtlahuaca, quitándole las casa, dejando la base y el tlalli (rectángulo) con los ojos, que en este caso la descripción la da, como: “casas que ven a la llanura”. Más bien debe interpretarse como: “Casas en la llanura”, según la siguiente aclaración: callis “casas”, bajo estas una pequeña base, que en náhuatl es el locativo Co: “en los ojos”, en esa forma la cultura náhuatl representaba las estrellas; Ixtlahuaca con el tlalli; significa llanura, tierra desierta, superficie en donde se ven las estrellas o bajo las estrellas. 2
Como el nombre de Ixtlahuaca o “llanura”, es genérico y se encuentran muchos en el país, para diferenciarlo y ubicarlo, se le agregaba el señorío al que pertenecía como: Ixtlahuaca Tepoxotlán: llanura de Tepozotlán; Ixtlahuaca Zacatepec: llanura de Zacarepec; así Ixtlahuaca Mazahuacán: llanura de la zona mazahua.
El municipio ha adoptado el jeroglífico de Ixtlahuaca, como el tlalli, con los ojos solares, aunque estilizado, sin los puntos, ni las C, y las pequeñas rayitas sobre éstas, colocando imaginariamente, dos, tres y tres rayas, verticales en las orillas y en el centro de los ojos y sobre el tlalli, un pequeño rectángulo, sin ningún fundamento, por lo que, de acuerdo a lo antes expuesto, el jeroglífico debe ser el tlalli con las C. y las pequeñas rayitas:
Una de las fechas más notable y recordadas de la lucha independiente, es para los habitantes de Ixtlahuaca, la del paso de don Miguel Hidalgo y Costilla, con su ejército insurgente, el 27 de octubre de 1810, cuando marchaba hacia el Monte de las Cruces, hospedándose en este lugar. Un suceso desagradable para él, fue el que el cura de Jocotitlán, José Ignacio Muñiz, le hiciera entrega de los edictos de ex-comunión en esta población. Durante la época independiente, el 1º de diciembre de 1815, don Francisco López Rayón es hecho prisionero por el teniente realista Tomás Suaro, en un camino del Real de El Oro, y es trasladado a Ixtlahuaca por el jefe realista Matías Aguirre. Duró su cuativerio cincuenta días y el 20 de enero de 1816 fue pasado por las armas en la esquina sur del actual palacio municipal. Como homenaje a este héroe El H. Congreso del Estado de México, por decreto número 45 de noviembre de 1861, dio a Ixtlahuaca el título de Villa de Ixtlahuaca de Rayón.

1815
Es hecho prisionero el insurgente Francisco López Rayón y trasladado a Ixtlahuaca.
1816
Es pasado por las armas en la esquina sur del actual Palacio Municipal, el héroe insurgente Francisco López Rayón.

Fig. Parroquía de Ixtlahuaca, Méx. donde fue leído el Edicto de Excomunión.

Fig. Fachada Sur del Palacio Municipal (Remodelado).

Fig. Casa donde se encuentra la placa alusiva al fusilamiento del Caudillo
 Insurgente Francisco López Rayón.

Fig. Placa alusiva a dicho fusilamiento.